Si tienes una empresa pequeña, y te dedicas al sector servicios como yo, seguro que has llegado hasta aquí atraído buscando una solución para un dilema al que te habrás afrontado alguna vez…
¿Debo hacer una rebaja en los precios de mi servicio?
Clientes regateadores, miedos a perder la venta, ofertas… Miles de situaciones te inundan la cabeza y no sabes por donde tirar.
¿Qué hago?
En la entrada de hoy, vamos a analizarlo juntos para que puedas tomar la mejor decisión.
¡Vamos a ello!
Situaciones más comunes en las que se nos plantea la posibilidad de bajar el precio
Me pasa a mi, le pasa a mis clientes, y lo veo en el día a día. El «hazme una rebajita» está a la orden del día. Estas son algunas de las situaciones más comunes que me he encontrado:
- Nuevos clientes que te regatean directamente
- Nuevos clientes que te piden un descuento por volumen de servicios, o porque creen que necesitan menos de lo que ofreces
- Clientes fidelizados que intentan hacer que les reduzcas las tarifas
- Campañas especiales (black friday, cumpleaños, navidades…)
- Amigos, familiares que necesitan de tu trabajo a un «precio amigo»
- Miedos y sentimientos de rechazo al presentar un presupuesto a un cliente nuevo
Porque NO hacer un descuento en mis precios
Creo que ya estás viendo un poco por donde van los tiros de mi opinión. Desde mi punto de vista, hacer rebajas en tus tarifas (aunque al principio te parezca inofensivo) puede conllevarte a una serie de acciones catastróficas en cadena que pueden acabar «quemándote». Aquí te dejo algunas razones:
- Los precios bajos desvalorizan tu trabajo. Si no tiene precio, no tiene valor, ¿has visto el anuncio del colchón de Ikea al que le añaden un cero de más?
- No te ayudará a llegar a fin de mes. Te estancarás en el sueldo de siempre, o simplemente, no llegarás a poder costearte tu propia vida ni la de la empresa
- Si tienes un precio bajo, luego te será difícil / imposible subirlo, ya que habrás «educado» a tus clientes dentro del low cost
- Es posible que atraigas clientes «rata» que quieren mucho por poco dinero y te absorberán pidiendo más y más
- Tendrás que trabajar más horas para ganar más dinero
- ¿Puedes hacer un trabajo de gran calidad cobrando poco? O… ¿igual estás reduciendo la calidad del mismo para reducir su precio? Ofrecer un servicio de calidad es la base para posicionarte como referente
- ¿Estarás igual de motivado trabajando para algo que sabes que no te está saliendo rentable?
- Estarás afectando directamente a tu imagen de marca. ¿Quieres mostrarte como empresa barata con las connotaciones que ello conlleva?
- La realidad, es que hoy en día, los precios bajos solo pueden permitírselo las grandes empresas por volumen.
En qué casos puedo PLANTEARME hacer un descuento en mis precios
Nunca digas nunca (valga la redundancia). Hay ocasiones, en la que puedes pensar si te conviene bajar tus precios. Estas son algunas de las situaciones que podrías valorar:
- Si ofreces un servicio que no dependa de tu trabajo por horas (por ejemplo, cursos) puedes plantearte hacer descuentos en ciertas etapas estratégicas
- Si en el volumen de servicios que se contrata es grande, puedes añadir algún extra o hacer un pequeño descuento en alguno siempre que te salga rentable. Aprovecha el precio pack para añadir un servicio extra que no te lleve demasiado tiempo.
- Con clientes fidelizados, puedes tener de vez en cuando detalles para agradecerles su confianza
- Trabajar por alguna causa social, asociación sin ánimo de lucro, o persona de confianza.
Y tú, ¿sueles bajar los precios de tus tarifas? ¿Has caído alguna vez con el «hazme una rebajita»?
¡Te escucho!